22 de julio de 2012

Ella es...

... un diamante en bruto. Cada parte es única y perfecta. Desde el primero de sus cabellos hasta la punta de sus dedos. Y así, su pelo es la única cortina que tiene derecho a cubrir sus ojos, esos ojos que todo parecen verlo y no quieres dejar que dejen de contemplarte; y que deseas que mientras te contemplen, sus finos labios no dejen de esbozar una sonrisa, para que comprendas lo que es una sonrisa verdadera. Y con un rostro tan bonito, que parece el de una niña, o el de una mujer, pues puede ser lo que quiera, te deslizas bajando hacia el resto de su figura. Descrubriendo unos pechos, que al igual que el resto de su piel, son suaves, una almohada para esconderse del mundo cuando lo necesites, pues ella no te negara su apoyo. Y su cuerpo empieza a mostrar mas curvas; sus caderas, que parecen bailar cuando camina; esas piernas, que si las tocas te atrapan; y tanto sus manos como sus pies, pequeños y aparentemente frágiles, pero el punto perfecto de apoyo para toda su figura. Ella es mi diamante en bruto.

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